Ya he votado, sobre las 12 hrs , porque no quiero perderme la carrera de Fórmula 1, hoy en Mónaco (chupoint, siempre me recuerda éso); además está el dia un tanto nuboso, y no vaya a ser que le de por llover hoy, aquí, que nunca llueve o casi nunca.
Llevo votando desde que volvimos a tener democracia en España, o sea, todas esas veces ( salvo una ocasión, ahora no recuerdo por qué). Pero, pese a ello, siempre me ocurre lo mismo cuándo he de hacerlo. Me entra un nerviosismo , leve, pero que ahí está; me bailan mariposas por el estómago, me sudan las manos, y siempre pienso muy despacio lo que he de hacer, no dejo de pensar en que algo no salga bien; olvidarme el D.N.I., no haber comprobado previamente si estoy en el censo ( cómo siempre estoy , nunca lo hago); y, sobre todo, el equivocarme al tomar la papeleta adecuada a mi elección. Ese es el momento trascendental: tomar la papeleta, siempre con las manos algo temblorosas, otra cosa más que no falla; meterla en el sobre, y a la urna.
Hoy me he llevado a mi hija. Tiene 12 años, y , ella es quién ha dicho que quería acompañarme. Y allí hemos ido ambas , a mi pueblo natal , dónde , tras saludar a bastantes conocidos, pues el pueblo es pequeño, entramos al Colegio Público, electoral hoy; busco la mesa habitual ,siempre es la misma y ya voy directa ahí; ahora sí, compruebo la lista y vale, sigo estando en el mismo sitio. Entramos a la cabina, miro despacio la lista de papeletas, que siempre me parecen demasiadas para tan poca población; miro de nuevo, una vez más y la pongo en el sobre adecuado, cada papeleta en su sobre correspondiente( que vaya color más feo, blanca vale, pero el otro, que color más mustio). Bueno, ya está, todo en su sitio; salimos de la cabina, vamos a la mesa; doy el carnet, comprueban porque hay que hacerlo así la lista, aunque ya para entonces todos nos hemos saludado amigablemente, todos nos conocemos , claro está. Vale, sigo estando en todas las listas , y entonces doy mis sobres a la presidenta, quién , desplaza el papel que tapa la urna, e introduce mis votos ( aunque siempre pienso que lo que me gustaría , es meterlo yo directamente, me parecería más solemne). Y ya está. Tal y tal , vota; y ahí se acaba el hecho físico en sí, y salimos , saludando a quién va entrando . Le pido a mi hija su opinión sobre lo que ha visto, y responde que , cómo lo ha visto tanto en televisión, pues eso, que nada especial , en cuánto a que algo le llame demasiado la atención. Normal que responda eso; ya llegará su momento de participar , y quizá de sentir esas mariposas que sentía yo hoy , cómo siempre, a la hora de ir a votar.
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